Como sucede con otras parroquias del centro de Valencia, el origen de la iglesia fue una mezquita ubicada fuera de la muralla musulmana, entre una puerta menor y nueva con acceso al zoco o mercado llamada Bab al Qaysariya, y la puerta sur de mayor importancia que la anterior, dado que era la salida de las caravanas hacia Alcira, Játiva y Denia, llamada Bab Baytala, conocida con el nombre de la Boatella.
Con la llegada de los cristianos el 9 de Octubre de 1238 la vida de aquella mezquita cambió. En 1240 el obispo de Valencia Ferrer de Pallarés donará la antigua mezquita para la construcción de una iglesia dedicada a San Juan Bautista. Como fue construida en la zona de Boatella, comenzaron a llamarla Sant Joan de la Boatella, más tarde tendrá un segundo titular, que será San Juan Evangelista y pasará a llamarse los Santos Juanes.
Aún así la gente del centro o que trabaja alrededor del mercado la conoce con el nombre de Sant Joan del Mercat o incluso se la llamó la “Iglesia de los pillos”, porque era allí donde los niños que realizaban pequeños hurtos en el mercado se refugiaban.
Sorprende que a lo largo de su historia esta iglesia ha sufrido unos seis incendios, siendo el último durante la Guerra Civil de 1936.
En el año 2012 se encontró un artefacto bélico de artillería de 25 centímetros de largo y 10 de diámetro cargado de explosivo, que cayó en el edificio durante la guerra y no había explotado, lo vieron sobresalir del gran óvulo cegado de su rosetón, denominado cariñosamente la “O de Sant Joan” y los Técnicos en Desactivación de Explosivos (TEDAX) consiguieron quitarla de la fachada y detonarla posteriormente.
La Iglesia tiene una repetida decoración que muestra los símbolos de los dos Juanes.
El cordero simboliza al primero de ellos, al Bautista, que desde siempre ha sido representado junto a Jesús niño, explicándonos como Jesús es el cordero de Dios que quita el pecado del mundo y acabó siendo sacrificado por todos nosotros y el segundo, el Evangelista, que le acompañó en el final de su vida, su símbolo es el águila. Son como el alfa y el omega, el principio y el fin de la vida de Jesús.
Los Santos Juanes es una Iglesia que sufrió numerosos incendios y transformaciones a lo largo de su historia, el primer templo construido en 1245 compartió parte de la estructura de la mezquita. En 1311 un incendio obligó a hacerla de nueva planta en estilo gótico. En 1362 otro incendio afectará solamente a la zona del altar mayor, que se reconstruirá de nuevo en estilo gótico.
El 10/11/1592 otro gran incendio obliga a realizar una nueva reconstrucción basándose en un nuevo concepto, el barroco.
Durante el S. XVII se crea la Capilla de la Comunión y la torre campanario.
José Gernesio y Perellós, lll conde de Parcent, vivía próximo a la iglesia y será él quien traerá desde Italia a dos artistas que realizarán la reforma barroca interior, dándole a la iglesia un aire más italiano, recordando las iglesias barrocas de Roma.
Los artistas son Giovanni Giacomo Bertessi y Antonio Aliprandi.
Bertessi realizará todas las esculturas, como las figuras de Jacob y sus hijos, que representan a las doce tribus de Israel y conocidas popularmente como “Els Blancs” por ser realizadas en estuco blanco.
Por otro lado, Aliprandi nos sorprende con una detallada decoración floral y vegetal también realizada en estuco blanco siguiendo los cánones del barroco italiano.
Durante el impresionante cambio de la iglesia al estilo barroco otros artistas también participaran en el proyecto, por ejemplo, Giacomo Antonio Ponzanelli, italiano al que se le encarga el púlpito elevado en mármol de Génova, hoy en día reconstruido en escayola después de la Guerra Civil.
Los frescos del templo fueron encargados a los hermanos Eugenio y Vicente Guilló, que ya estaban trabajando en el presbiterio de la capilla de la comunión a plena satisfacción de la iglesia.
Cuando estaban a punto de empezar la bóveda principal del templo llega a Valencia el pintor de cámara en la Corte de Carlos II, Antonio Palomino, cordobés que trabaja no tanto como pintor sino como tratadista.
Llegará a Valencia para trabajar en la Basílica de la Virgen de los Desamparados, por un pedido del canónigo de la Colegiata de Játiva, Vicente Victoria, hombre de gran cultura y encargado de la realización del programa iconográfico pictórico de la iglesia de los Santos Juanes.
Después de ver el trabajo que los hermanos Guilló están realizando en la iglesia los tacha de incompetentes y asume el trabajo pictórico de la bóveda de 1200 m2 con una representación del Cielo y la Iglesia triunfante, el luneto de la capilla de la Comunión, (pues el resto de los lunetos donde se representan a los doce apóstoles son obra de los hermanos Guilló, que pese a las críticas de Palomino los respetó) y los óvalos, que cuentan las vidas de los Santos Juanes, en el lado del evangelio la vida de San Juan Bautista, y en el lado de la epístola la vida de San Juan Evangelista pintados según el libro de La Leyenda Dorada de Santiago de la Vorágine.
El trabajo de estos artistas va a sufrir durante tres a cinco días el fuego y la destrucción de la Guerra Civil. Después de la guerra se comenzó una restauración por parte de los feligreses con su dinero y con sus manos, muchas de las alegorías de Bertessi que vemos fueron restauradas por gente de a pie e incluso el párroco restauró de joven el templo.
Otra desgracia aconteció durante 1958 cuando se llamó a Ramón Gudiol, que mediante la técnica del arranque se llevó al Palacio de Montjuïch de Barcelona los frescos de Palomino para restaurarlos, aquella restauración dejo mucho que desear y el ábside no regresó nunca, hoy en día todavía la Interpol sigue en su búsqueda.
En los años 60 el restaurador, conservador y catedrático Luis Roig d ́Alós comenzó con la restauración de la iglesia por la Capilla de la Comunión y hoy en día la obra va a ser finalizada por su hija, Pilar Roig Picazo, (catedrática del departamento de Conservación y Restauración de Bienes Culturales e investigadora del Instituto Universitario de Restauración del Patrimonio de la Universidad Politécnica de Valencia), junto al arquitecto Carlos Campos y gracias al mecenazgo de la Fundación Hortensia Herrero que ha destinado seis millones de euros para la restauración integral del templo.
Según el proyecto de restauración dentro de unos cuatro o cinco años podremos disfrutar de la joya del barroco en la ciudad de Valencia, que recibió el titulo de Iglesia Real en 1858 por decreto de Isabel II y está catalogada como Monumento Histórico Artístico Nacional desde el 21 de febrero de 1947.
Bibliograna:
www.jdiezarnal.com/
www.levante-emv.com
www.lasprovincias.es
Si quieres saber más sobre la historia de esta iglesia y todo lo que ha pasado con ella desde que empezó su rehabilitación durante los años ́60,
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Por Sergio Diago López, guía oficial de la Comunidad Valenciana.